jueves, 26 de septiembre de 2013

¡Largaros!


Largaros sí.

Largaros de una vez.

Los que invadís nuestros salones a través de una ventana negra haciéndonos mirar para otro lado mientras vuestros amos trincan.

Los que jugáis sin escrúpulos con los sentimientos de la gente porque sabéis que el sentimiento es rápido y nubla la razón.

Los que ocultáis vuestros rostros tras unas gafas de sol para tratar de esconder a la persona detrás del personaje, creyendo así que os libraréis de que uno devore al otro.

Los que minuto a minuto nos inculcáis modelos de cómo debemos ser, como debemos vivir, y qué debemos comprar para ser felices.

Los que medís nuestras reacciones, para poder manejarlas.

Los que nos creáis necesidades innecesarias e ilusiones inalcanzables para que nos gastemos lo que no tenemos comprando lo que no necesitamos.

Largaros sí, los que nos queréis convencer de que un grito es más poderoso que una razón.

Los que mezcláis verdad con mentira para que no haya dudas de que la verdad no existe.

Largaros sí, marchad lejos. Os condenamos al silencio a la existencia mediocre que odiáis, de los que os pedimos que os marchéis.

Marcharos porque habéis podido elegir y lo habéis hecho, y ahora es tarde para cambiar.