miércoles, 15 de agosto de 2012

¿POR QUÉ QUEREMOS SALIR DE LA CRISIS?

No sé si estoy en un proceso de pérdida del sentido por la intensidad del dolor vivido, o si se me escapa información por no tener la antena permanentemente conectada; pero lo que percibo cada vez que escucho las noticias, o las declaraciones de un miembro del gobierno, o las de un “prestigioso” economista, no me aclaran en absoluto que vaya ser bueno para mí salir de esta crisis.

Cuando miro mis facturas, mi cuenta bancaria, mi nómina (aún tengo suerte de tener una cada mes), mis amistades, los comercios en los que ya no puedo comprar porque han cerrado, mi fondo de armario cada vez más desgastado, mis nuevos consejos a mis hijos sobre lo que es la propiedad y la prosperidad, no veo coincidencia con lo que me cuentan y demuestran sobre lo que debemos conseguir.

Si yo no estoy entendiendo mal para no seguir en crisis debemos dejar de disfrutar de una sanidad de calidad, de una educación como la de los países más desarrollados, de unos servicios públicos que atiendan las necesidades de los ciudadanos, de una calidad laboral digna de una sociedad avanzada, de una vejez cada vez más extensa y con capacidad de aportar a la sociedad… Para mejorar debemos empeorar. Paradójico.

No he escuchado ni leído que todas las medidas que se mencionan y aplican para salir de la crisis tienen como objetivo tener el bienestar que hasta hace muy poco hemos gozado. Y sobre todo, nunca oigo ni leo que abandonar la crisis supondrá que las “personas” vivamos bien. Sólo se mencionan a los gobiernos y a los bancos como los elementos fundamentales para salir de la crisis. Pues perdón, pero lo fundamental en la crisis somos estos terrícolas que tenemos hambre y frío, y que nadie nos menciona al hablar de crecimiento.

Se llenan páginas y horas de sesudas tertulias comentando los cambios estructurales y de modelos sociales que hasta ahora parecieron ser válidos. Pero en mi naufragio informativo no encuentro quien me señale cual va a ser el nuevo modelo. Si estamos cambiando los modos ¿cuál va ser la estructura de la sociedad del 2020?; ¿ya no se podrá vivir en un ambiente de bienestar?; ¿me tendré que gastar el dinero en un seguro privado o en la universidad de mis hijos?; ¿o lo tendré que ahorrar para una jubilación que tiene expectativas de desaparecer?.

Esta situación que estamos a llamar crisis está siendo muy dolorosa; pero me temo que los que nos conducen fuera del túnel nos dirigen a una zona de tormenta y de barrancos desprotegidos, donde unos pocos vehículos serán capaces de mantenerse en la vía. Los demás irán cayendo.

Pero para no rematar con una visión pesimista, veo en el túnel otras salidas que nos vuelven a mostrar cielo despejado y senderos más seguros. Quizás nos obliguen a ir caminando en fila india, pero por un paisaje que ya conocemos, al que solo hay que añadirle responsabilidad, sentido común, y humanidad. Humanidad que no se encuentra en los términos “mercados” y “especulación”.