miércoles, 22 de febrero de 2012

¿Y si no existieran?


Cultivamos y cocinamos lo que ellos comen. Limpiamos lo que ensucian. Confeccionamos, lavamos y planchamos sus ropas. Construimos sus lujosas mansiones, los sillones sobre los que descansan y sus ostentosos vehículos. Preparamos el café que se toman a media mañana. Redactamos las noticias que leen. Programamos sus ordenadores para que hagan lo que ellos quieren. Nos ocupamos de su entretenimiento e incluso calentamos sus camas y guardamos en secreto sus vergüenzas.

A cambio, nos dejan comer sus sobras  e incluso quizá un día nos dieron las gracias.

Si las cosas van bien, ellos ganan y nosotros seguimos igual. Si las cosas van mal, nosotros perdemos y ellos siguen igual.

¿Cuántas lágrimas nuestras cuesta uno de sus adornos de oro?

¿Quién es entonces el prescindible y quién el necesario? ¿Sobre qué eje gira realmente el mundo?

¿Por qué seguís pensando que son necesarios?