No somos optimistas ni pesimistas. Hace tiempo que dejamos de ver el vaso medio lleno o medio vacío. Para nosotros sólo es un vaso con un líquido dentro.
Nuestro marchito idealismo sigue conservando sus raíces intactas: sí, las cosas son como son, pero con voluntad, podrían ser de otra manera.
Mal vamos si ya aceptamos que una prima de riesgo en 534,83
es un buen dato.
Mal vamos si con la que nos está cayendo, la vicepresidenta
anuncia que: “Daremos un cambio a lo público”, y con su credibilidad en números
rojos, se despacha con un: “Diremos las cosas como son”.
Mal, muy mal, si creemos que hay que seguir recortando para
poder seguir endeudándonos para poder así pagar nuestras deudas.
Mal también si seguimos esperando como la voz del mesías, la
milagrosa actuación de esa “mano invisible” que según Adam Smith todo lo
arregla en los mercados.
Muy mal si formamos a nuestros jóvenes a un nivel muy alto y
aceptamos luego que su futuro profesional pasa por aprender alemán.
Mal si seguimos cediendo soberanía a cambio de dinero, o lo
que es lo mismo, hipotecando nuestro país a muy largo plazo.
Pero no eludamos responsabilidades. Nuestra culpa en esta
caída libre, no está en la consigna oficial: “hemos vivido por encima de
nuestras posibilidades” -quien lo haya hecho o quien lo haya permitido, que
pague su penitencia- nuestra culpa ahora está en aceptar sin rechistar que esto
es lo correcto, cuando los datos nos indican obstinadamente que no es así.
Bueno sería que este gobierno estableciera ya un corto plazo
para que todos pudiéramos determinar si tanta locura ha merecido o no la pena, o si
lo más conveniente es que aquel al que se le han agotado las ideas, deje entrar
un poco de aire fresco en los despachos de Moncloa.
He dejado pasar deliberadamente unos días después de la manifestación del pasado jueves 19 de julio, antes de escribir este comentario. Quería echar con tiempo un vistazo alrededor para comprobar sus consecuencias y poder opinar con cierta objetividad sobre la verdadera eficacia de las protestas.
Una vez más, el jueves salí a la calle para hacer nuevamente terapia de grupo, para sentir que no estoy solo, que mucha gente está en la misma situación que yo y que otra está aún peor. Caminamos un buen rato gritando consignas, levantando las manos, insultando los más incendiarios y en silencio los más comedidos. Luego, los líderes sindicales tomaron la palabra, hicieron sus proclamas esparciendo culpabilidades a diestro y siniestro pero, como buenos políticos, sin entonar jamás el “mea culpa”.
Terminado el acto, regresamos cada uno a nuestras casas, exhaustos e igual de desanimados que habíamos ido y reconociendo con la boca pequeña que: “no sirve para nada pero… algo hay que hacer”
Efectivamente, el gobierno ya ha anunciado que a pesar de las movilizaciones, no dará ni un paso atrás. Queda claro pues que estas protestas no han servido para nada más que para justificar el inmovilismo de unos sindicatos que siguen manteniendo unas estructuras y una forma de trabajo que se han demostrado, cuando menos ineficaces. Y que sólo han conseguido generar desconfianza y una desconexión cada vez mayor con los trabajadores.
Sí, es cierto: “… algo hay que hacer” pero mucho me temo que esto solo, no sirve. Así que es hora de ponerse a trabajar, de exprimir la imaginación y buscar otras formas pacíficas de reivindicación.
Al parecer, Fátima Bañez nunca ha tenido que superar una entrevista de
trabajo, nunca ha firmado un contrato laboral sin leer las condiciones porque de
haberlas leído no lo habría firmado. Nunca la han echado de ningún empleo
felicitándola por el buen papel desarrollado. No sabe lo que se siente cuando
el dueño de tu empresa os reúne a todos para deciros que esto se ha terminado, y
en media hora pasas de estar lleno de esperanzas a entrar en caída libre.
Tampoco sabe lo que es no cobrar un mes, ni al siguiente, ni al otro y
mantenerte trabajando con el mismo esfuerzo con la inocente esperanza de que:”bueno,
a ver si el próximo”, mientras de camino a casa, repasas la lista de excusas para
defender un día más ante tu familia, una postura ya indefendible.
A Fátima
Bañez jamás la ha reunido el comité de empresa para contarle que el salario de
todos bajará un 25 por ciento mensual excepto el del director general, porque ese
no se toca. No sabe lo que es salir de tu empresa, una multinacional que reporta
suculentos beneficios a sus accionistas, con un finiquito de cuatro cifras en
la mano, después de 10 años de intachables servicios y felicitaciones, y
cruzarte en el pasillo con el grupo de jóvenes novatos, que cobrando la mitad
que tú te sustituirán a ti y a tus “ancianos” compañeros de 50 años.
La ministra de trabajo no ha tenido que esperar dos años
para que el Fondo de Garantía Salarial le pague lo que su empresa no pudo o no
quiso pagarle. Tampoco ha tenido que hacer cola en una oficina del INEM acompañada
de cientos de personas que esquivan sus miradas como tratando de excusarse por
estar allí.
Pero Doña Fátima Bañez, sólo es una más de esa clase de “políticos
profesionales” que hemos permitido que dirijan una realidad que nunca han
vivido, que conocen de oídas, de lejos, pero que nunca les empapará. Líderes
que esconden con soberbios aplausos su falta de empatía y su absoluta
desconexión con quienes dicen representar.
Hemos aceptado dormidos, unos partidos
políticos que se han convertido en meros ascensores a los que cualquiera puede
subirse cumpliendo el único requisito de utilizar la misma colonia que el resto
del grupo o de disimular con consignas a coro, los malos olores de algún
compañero de viaje de higiene distraída. Y en nuestro prolongado sueño, estamos dejando marchitar sin que parezca notarse, la flor más hermosa de nuestra historia: la democracia.
Hace tiempo que ha sonado el despertador y
es hora de levantarse.
Puede que algunos penséis que para alguna gente la vida es
muy fácil. Que nacer en una familia u otra puede condicionar vuestro futuro y,
bien condenaros al ostracismo o bien elevaros a las cálidas cimas del éxito. Pero
la verdad es tozuda y por eso, la vida nos pone continuamente frente a nosotros
ejemplos de todo lo contrario, de que el esfuerzo, el trabajo, la constancia y la
tenacidad, siempre tienen su recompensa, y que al final, existe una excelencia
en determinadas personas que las eleva por encima de las demás. No, no es que sus cuerpos leviten y que, cual jugadores de
baloncesto se eleven sus cabezas en las calles por encima del populacho, sino que se
trata de consciencias elevadas, de gente con capacidades que la mayoría de los
mortales no llegamos ni siquiera a soñar pero cuya humildad les hace pasar desapercibidos
entre la multitud.
Hoy os
traigo uno de esos ejemplos. Se trata de Andrea Fabra Fernández, una mujer
hecha a sí misma que, a pesar de una infancia seguramente llena de carencias y
penurias, desde muy joven tuvo clara su vocación de servicio público
afiliándose al PP (Partido Popular, es decir: Perteneciente o relativo al
pueblo) a los 16 años. Unos años más tarde, se licenció en Derecho y en 2001,
con solo 28 años, ya fue nombrada, por méritos propios, senadora por
designación autonómica.
Fue a partir de ahí que sus titánicos esfuerzos se vieron
recompensados. Algunos pensaréis: “Bien, no cabe duda de que tener en casa un
maestro como su padre, es una gran ayuda ¿no?”
Sí, es cierto, su padre, Don Carlos Fabra Carreras, (un peso
pesado de la política de una comunidad autónoma que es ejemplo de correcta gestión
pública y transparencia: La Comunidad Valenciana) le enseñó que la tenacidad
siempre obtiene recompensa. De él aprendió que la lotería sólo le toca a los
que compran muchos boletos, así y sólo así, es como la suerte le sonrió a él
hasta en 9 ocasiones.
De la nobleza, transparencia y eficacia en la gestión de su
progenitor, dan fe obras de tanto prestigio como el aeropuerto de Castellón, el único aeródromo del mundo construido no para aviones, sino para que los ciudadanos puedan pasear por sus pistas. Una
obra de 150 millones de euros tan necesaria que la comunidad premió al político
inmortalizándolo en una estatua de 25 metros de altura que costó unos
merecidísimos 300.000 euros y que muchos pobres critican con envidia. Una obra
que sentía tan suya que incluso en su inauguración se la mostraba a sus nietos
diciendo: “¿Te gusta el aeropuerto del abuelo?”
Acusado de tráfico de
influencias, cohecho y fraude fiscal, el tiempo demostrará su inocencia, su
honradez y su buen hacer en la defensa de los intereses de los ciudadanos. Bueno... al
menos en los de unos cuantos ciudadanos.
Pero, no desviemos más nuestra atención. Es por sus méritos
propios por los que Andrea, se sienta hoy en el congreso de los diputados como
diputada del PP (Partido Popular, es decir: Perteneciente o relativo al pueblo)
Cualquiera que hubiese puesto el esfuerzo y el tesón que ella puso en todo su
quehacer habría llegado a su mismo puesto, lo que demuestra inequívocamente que
quien no triunfa en España es porque no pone el empeño suficiente y que, en
este bendito país, no tiene trabajo quien no quiere.
No hay duda pues de que, los auténticos culpables de la
crisis, son esa marea de más de cinco millones de vagos que saquean las arcas
del estado y hacen cola en las oficinas del INEM esperando que el estado los
mantenga gratis. ¡Habrase visto!
¿Es o no es por tanto razonable el grito que, llevada por su
vehemencia, Andrea profirió ayer en el congreso de los diputados al anunciar su
jefe de filas los recortes en la prestación por desempleo?
Pero, hasta la ironía tiene un límite, así que, pongámonos serios.
Constitución Española.
Artículo 1.2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.
Hago hincapié en el hecho de que, según nuestra constitución vigente, la soberanía nacional reside en el pueblo español, no en los representantes del pueblo español, ni en la UE, ni en el gobierno alemán, ni en el BCE, ni en el FMI, ni en los mercados de deuda, y creo que empieza a ser hora de que la soberanía vuelva a quien por ley le corresponde.
Creo que quien no ha conocido jamás el paro, quién no ha asistido nunca a una entrevista de trabajo, quien no ha negociado nunca sus condiciones laborales, quien no sabe lo que es no llegar a fin de mes, quien tiene dos hipotecas por valor de 1.741.000 euros y no conoce el riesgo de perder su vivienda, quien pertenece a una familia en dudosa situación legal, quien se dice representante del pueblo, entre el que se encuentran esos cinco millones de desempleados a los que insulta, debería como mínimo pensar sus exabruptos en silencio.
Pero lo peor es que, seguramente ella sólo exteriorizó lo que el resto de miembros de su grupo piensan, dada la aclamación con la que finalmente homenajearon a su líder.
Lo que este grito supone es una muestra de, en manos de quién, hemos dejado el poder en nuestro país.
Creo que la indignación, empieza a transformarse en ira y quizá pronto ese: “¡Que se jodan!”, como el escupitajo que se lanza hacia el cielo, se le vuelva a Doña Andrea Fabra Fernández, en su contra. Quien desconoce el respeto hacia los demás, no debe extrañarse de que los demás no la respeten.
Para más abundamiento, el Ibex 35 cae por debajo de los 6.600 puntos y la prima de riesgo supera los 550. Parece pues que los fabulosos recortes, sólo sirven para eso, para "¡joder!" ¡Última hora!
Declaraciones de Doña Andrea Fabra Fernández: «las políticas de despilfarro e irresponsabilidad aplaudidas y apoyadas por los socialistas en la pasada legislatura fueron las responsables de la difícil situación que atraviesan millones de españoles».
P.D. Andrea Fabra acaba de ser galardonada por sus compañeros del PP, en una cena navideña, con el premio "Emilio Castelar" por "decir tanto en una sola frase".
lunes, 9 de julio de 2012
¿Venganza o codicia?
Una vez más, los que
hacen, pasan a segundo plano y dejan el protagonismo a los que no han hecho
nada.
El pasado 4 de julio, se
encontró por fin el desaparecido Códice Calixtino, robado hace casi un año del
interior de la Catedral de Santiago de Compostela.
Una vez resuelto el robo,
lo que llama más mi atención es el viaje realizado por el incunable hasta
llegar nuevamente a su librero.
Veamos. El presunto autor, Manuel Fernández Castiñeiras, lo sustrae del interior de la catedral y lo transporta oculto bajo un abrigo
(estamos en el mes de julio) hasta el maletero de su coche, un viejo Citroën
Xantia. Allí lo esconde unas horas y luego lo traslada a un garaje de la
localidad de Milladoiro, a unos 6 Km de donde fue descuidado. Al parecer el
libro permaneció allí rodeado de otros faxímiles y de bolsas con otros objetos
robados y grandes cantidades de dinero hasta que el pasado miércoles, los
agentes (anónimos) que llevaban a cabo la investigación, lo encuentran.
Estos mismos agentes,
acompañados del juez del caso, D. José Antonio Vázquez Taín, lo llevan ese mismo
día ante el arzobispo D. Julián Barrio quien lo identifica al comprobar que
tiene unas marcas que él mismo le había puesto. Hecho el reconocimiento, el
manuscrito vuelve a las dependencias policiales para ser peritado y descansa
luego en una caja fuerte del mismo edificio.
Humilde entrega
El viernes 7 de julio,
sale de su caja fuerte para viajar hasta el Palacio de Xelmírez en el que, en
una ceremonia a la que asiste el Presidente del Gobierno de España, Don Mariano
Rajoy Brey y el Presidente del Gobierno de Galicia, Don Alberto Núñez Feijoo,
el primero recibe el Códice Calixtino de manos de Don Ramón Izquierdo, director
del museo de la catedral de Santiago de Compostela y se lo entrega al arzobispo
compostelano D. Julián Barrio, quién seguramente lo pondría en manos del deán Don
José María Díaz quien lo guardará hasta que se decida cuál será su destino.
Solemne entrega
Bien.
De todo lo anterior se
deducen varias cosas:
En este extraño caso, el
trabajo del juez y los agentes que durante un año estuvieron siguiendo al
presunto ladrón, no parece tan importante como el de los Presidentes que lo devolvieron
a su lugar de origen, dada la difusión mediática del evento y, por qué no decirlo, las diferencias salariales.
Sólo Don Ramón Izquierdo
sabe que la grasilla y el sudor de los dedos de sus manos, pueden dañar severamente una obra
tan valiosa, puesto que fue el único que utilizó guantes para manipular el libro.
A Manuel le perdió su
codicia porque, de no haber robado el Códice, nadie habría echado en falta ni las piezas que había robado previamente, ni el más de un millón de euros, ni
la bolsa llena de dólares.
No está muy claro si el
dinero fue robado de los cepillos de la Catedral o es el resultado de alguna
venta de material. Quizá para la Iglesia, sea más interesante lo primero que lo
segundo, y algo me dice que al final la sagrada institución saldrá más que beneficiada de toda esta
historia.
Todo ese dinero podría haber sido blanqueado si el señor Castiñeiras se hubiese acogido a la ley de amnistía fiscal que recientemente aprobó el parlamento del PP.
Por último, se demuestra
una vez más que en España nadie va a la cárcel por ladrón, sino, y perdóneme Don Manuel, por tonto.
Somos mayoría III (Julio Anguita)
Aquí os dejamos la tercera parte de la propuesta de Julio Anguita. Los que lo estéis siguiendo en el blog del Colectivo Prometeo, sabréis que en esta ocasión se dan a conocer ya algunos datos de la respuesta que esta llamada está teniendo.
Por si queréis sumaros a este Frente Cívico, en la web del Colectivo tenéis un formulario que podéis cubrir.
Esto permitirá reunir pronto por localidades los grupos de trabajo que irán dando forma a este Frente.
Os dejo como siempre los enlaces al documento en formato .pdf que podréis imprimir con más facilidad y alguno más de interés:
Ayer, 3 de julio, se publicó la segunda entrega del documento "Somos mayoría" en el blog del Colectivo Prometeo. En él, Julio Anguita da respuesta a algunas
cuestiones surgidas a raíz de su propuesta de creación de un Frente Cívico basado
en la Declaración de Derechos Humanos de 1948 que pretende asentar en nuestro
país los valores de “Democracia y Libertades, Justicia Social, Economía no
especulativa, Cultura y Bienestar ciudadano”.
Se trata de una llamada a la unión y al debate que lleven a
la elaboración de propuestas concretas que permitan apartar del poder a una
oligarquía preocupada sólo por sus intereses. Es una “respuesta lógica a una
situación de Estado de Excepción económico, social, político, moral y cívico”.
El éxito tiene miles
de padres pero el fracaso es huérfano.
Cuando en junio de 2003, Florentino Pérez tuvo la brillante
idea de prescindir de los servicios de Vicente del Bosque en el Real Madrid, no
se oyeron voces en su defensa. Fue expulsado de malas maneras y por la puerta
de atrás porque su futbol era tradicional y no estaba a la altura de lo que el señor
Florentino quería para su equipo.
El ahora marqués de Del Bosque, se fue triste, con la
aceptación lógica de la expulsión pero con el rechazo rotundo a las maneras. De
nada sirvieron dos Ligas, dos Champions, una Supercopa de España, otra de
Europa y una Copa intercontinental, para el presidente del club, del Bosque era
el pasado.
Un hombre bueno
Supongo que como siempre, los españoles olvidamos todo.
Supongo que ya no importa que sigamos hundidos económicamente y que el
sacrificio de esta recuperación recaiga sobre los que no somos culpables.
Dado el triunfo, para algunos, los más futboleros, el hecho
de que los 300.000 euros de prima que se llevará cada jugador no tributen a
hacienda, os parecerá justo.
Tampoco importan las contradicciones. España e Italia envían
un escrito conjunto al presidente ucraniano protestando por la detención de Yúlia
Timoshenko, eso es más que suficiente para saltarse el veto acordado por
la UE a ese país, e ir a ver la final: ¡Donde esté el fútbol, que se quite la política!. Explicación de nuestro ministro de exteriores: Se trata de un
acto europeo al que nuestro presidente debe asistir.
Es curioso que objetivamente, los miles de españoles que
acudieron al estadio de Kiev a ver esa final pagándose sus pasajes, hoteles,
comidas y entradas, lo hayan hecho estando de vacaciones mientras que los altos
cargos que hicieron lo mismo pero sin pagar un duro de su bolsillo, estén
trabajando.
Y es que hay trabajos que son extraordinariamente duros, y
si no, que se lo pregunten a los mineros.